lunes, 17 de junio de 2013

El desafío de escribir



A diferencia de hace un par de siglos,  cuando la escritura se reservaba a las clases altas y determinados cargos, hoy en día escribir se ha convertido en algo tan natural como respirar, y es que escribimos a diario a mano, en computador, en los mensajes de texto o llenando un formulario de impuestos, pero ese no es el punto. Escribir va más allá de garabatear unos signos en un papel y saber que son una palabra con un significado, escribir es un arte, un arte tan delicado que el más mínimo cambio de una tilde o una coma cambiará por completo el sentido de lo que comunicamos. 

Escribir es comunicar ideas, de manera tal que si deseamos convencer a alguien sobre algo, o que si narramos una historia lo hagamos de tal forma que el lector se convenza de hacerlo o quiera volver a la historia una y otra vez y ¿por qué no? Que espere con ansias lo próximo que escribamos. 

Digo que escribir es un desafío porque no es tan sencillo como parece, algunos ejemplos de esta afirmación son: Escribir una carta ¿quién considera que escribir cartas es sencillo? Cómo expresar que solicitamos algo o comunicamos algo sin enredarnos una y otra vez, y ser concretos y contundentes; otro ejemplo es un ensayo, es algo que toma su tiempo y muchas veces  nos podemos quedar mirando la hoja en blanco sin saber que decir, o cómo evitar “cortar y pegar” lo que otro autor ya ha dicho ¡y ni que decir de un poema o una novela!

Si intentamos escribir en base a alguno de los anteriores modelos con una cantidad de tiempo limitada y sin ideas claras nos damos cuenta que realmente no sabemos nada. Por esto vale la pena tener estos momentos de duda y desesperación, enfrentarlos y salir victoriosos. Digo victoriosos, porque una vez empezamos a escribir forzamos a nuestro cerebro a que piense y trabaje en pro de construir lo que desea comunicar.

Pero ¿cómo hacer que realmente triunfemos al escribir? ¿Cómo hacer para que nuestras cartas sean serias, objetivas y claras? ¿Cómo lograr que los ensayos demuestren los esfuerzos realizados? ¿Cómo hacer que todo lo que escribamos realmente comunique algo? La respuesta es sencilla: leyendo.
Al leer distintos tipos de materiales como novelas, editoriales, artículos y ensayos de otros autores ampliamos nuestro conocimiento y aprendemos nuevas palabras, términos y estilos con los cuales podemos construir nuestro propio estilo e identidad al escribir.

Luego de leer, debemos escribir un plan. Este plan solo será una herramienta para guiarnos durante nuestro proceso de escritura, en dicho plan estableceremos el tema que queremos tratar (historia, arte, ciencia, política, religión, etc.), qué queremos hacer (narrar, exponer, justificar, argumentar, etc.), la idea central de lo que vamos  a hablar y las ideas que soportarán dicha idea central y permitirán que se desarrolle para llegar a la conclusión final (moraleja, conclusión, cierre, el destino final de nuestra idea original).

 Posterior a elaborar el plan nos enfocaremos en escribir, escribir y escribir. Escribiremos un borrador siguiendo el plan que ya organizamos, le daremos profundidad a las ideas, complementaremos con ejemplos, argumentos, rimas, metáforas donde así se requiera y escribiremos hasta que consideremos que hemos terminado.

Una vez terminado leeremos nuestro borrador, buscaremos posibles fallas, errores en el uso de géneros, plurales, conjugaciones y el uso de signos de puntuación. Una vez identifiquemos las posible fallas volveremos a escribir tomando en cuenta nuestras correcciones.

Al terminar tendremos un escrito en limpio, lo mejor en este punto es darle nuestro escrito a alguien más para que lo lea, preferiblemente en voz alta, y nos dé su opinión, podremos preguntarle sobre qué trata el texto para saber si hemos cumplido con nuestro propósito de comunicación inicial. Esta persona o personas nos darán una retroalimentación, probablemente el escrito esté bien, como puede que nos sugieran pequeños cambios que hagan que el texto sea más claro. Ahora bien, no digo que con estas sugerencias debamos cambiar todo el texto, solo servirán para que nos demos cuenta de qué fallas pudimos tener y tomarlo como una crítica constructiva para mejorar nuestras habilidades de escritura. 

Después podremos volver a escribir teniendo en cuenta las sugerencias y ¡finalmente tendremos nuestro texto terminado!

Ahora resta es seguir leyendo, leer, leer y leer cuanto podamos y sobre todos los temas posibles, para seguir construyendo nuestro vocabulario, abriendo nuestra mente a nuevos mundos con el fin de continuar escribiendo. Cada texto es escribamos será mejor que el anterior, finalmente la práctica hace el maestro y como todos los desafíos, el desafío de escribir se conquista en el momento en que decidimos continuar en el camino.

L

martes, 11 de junio de 2013

La tercera es la vencida




Este es mi tercer intento de crear un blog (en Blogger), y el primero de crear uno que tenga sentido. Puede que en el momento no tenga sentido, pero solo el tiempo dirá si lo tiene.



Mi gran don de la creatividad se ve reflejado en el título mismo del blog, “Esta dirección de blog está disponible” fue lo único que me convenció al poder encontrar una dirección de blog que no estuviese ocupada por alguien más. Eventualmente y dependiendo del número de seguidores lo cambiaré. El buzón de sugerencias se encuentra abierto.




¿Alguna vez alguien ha visto un elefante blanco? Los elefantes blancos son como las brujas, nadie debe creer en ellos, pero de que los hay, los hay. Más que todo si estos elefantes se paran a la mitad del camino nublándote la visión de tu futuro. Ahora bien ¿Cómo remover el elefante blanco del camino? Acepta el porqué está allí, y en vez de tratar de empujarlo infructuosamente fuera del camino o de pasar debajo de él con riesgo a que te aplaste, busca una escalera, sube a su lomo y mira desde lo alto el resto del recorrido; en todo caso es un elefante, puede que hasta te sirva montar en él no solo para ver más allá, también para llegar más lejos.




Del dicho al hecho hay mucho trecho, pero la peor diligencia es la que no se hace.




L.